En esta bitácora personal, un poco de todo aquello que me define. Impresiones, expresiones, descompresiones. CF, fantasía, terror. Música. Vida. Y otras yerbas...

viernes, 27 de febrero de 2009

Berretas

Son las dos de la madrugada. Mientras escucho el disco Drama, del grupo Yes, abro un forward, (sabiendo de antemano que me arrepentiré), uno de esos insoportables mails en cadena. Me encuentro con una historia pobremente narrada y mal escrita: una ficción acerca de cómo se extendería una epidemia de algún insólito tipo de gripe que arrasa al mundo entero; un farragoso culebrón escrito en segunda persona que se resuelve cuando entregas a tu hijo de cuatro años para que le quiten toda su sangre a fin de sintetizar un antídoto (previa decodificación del ADN del virus), y así salvar al mundo entero.

Luego, durante el sepelio de tu hijo, ahora un mártir, te preguntas por qué muchas personas, en lugar de honrar a quien los salvó, prefieren ir a ver el fútbol.

La maníquea analogía es evidente: Cristo murio por todos nosotros, y sin embargo le damos la espalda. El maldito FW termina con una serie de interrogantes acusadores: que por qué no me animaré a enviar ese mail a todos mis contactos, temiendo, seguramente, la descalificación de mis ciberamigos no cristianos; que por qué es tan corriente la utilización de Internet para mostrar pornografía y no para discutir abiertamente sobre la vida y obra de Jesucristo; y que sé yo cuántas preguntas "meteculpas" más escupe el texto.

Pienso que la mayoría de los cristianos (de cualquier denominación protestante y de cualquier tipo de catolicismo) conformamos un grupo social de cuarta. Mea culpa. Somos berretas. Lo corroboro al leer este FW y descubrir que no hemos cambiado mucho desde que matábamos a los indios que no querían renunciar a sus dioses a cambio de la Cruz. Sí, somos de cuarta. También ignorantes, rígidos, obtusos, más papistas que el papa. Peleadores, discutidores compulsivos, inquisidores por naturaleza, místicos y para nada interesantes. Pretendemos compartir nuestra fe acusando, solapadamente o sin sutileza alguna, echando mano de la culpa y la manipulación. Asustando y condenando. Y olvidamos que para tirar la piedra tenemos que estar libres de pecado. Me averguënzo. Nos merecemos todo lo que los "inconversos" opinan de nosotros: nos lo hemos ganado con creces.

Que la gente decida cuál es su fe como mejor pueda, sin presiones ni amenazas: estoy completamente convencido de que hay miles de formas de encontrarse con Dios, todas ellas aprobadas por Él. No quiero "evangelizar" de este modo. No quiero hacer proselitismo. No quiero ser parte de esto. Arrojar piedras no sirve. Ante Dios todos somos como María Magdalena. Todos necesitamos de Él, pero Él, voluntariamente, ha dejado que nosotros decidamos si seguirlo o no (Y, en caso de hacerlo, la forma en que lo busquemos también es nuestra decisión.) Y eso está bien.

Chris Squire y Steve Howe cantan en mis oídos:

Run to the light
Everything is alright
Run through the light of day
You run to the light of night

Borro el mail.
Ahora me siento mejor.