En esta bitácora personal, un poco de todo aquello que me define. Impresiones, expresiones, descompresiones. CF, fantasía, terror. Música. Vida. Y otras yerbas...

miércoles, 4 de febrero de 2009

Más que pasajeros en el barco de la musicalidad

Angling feelings, de la banda Kaipa, es el disco que escogí comentar en esta ocasión.





A modo de introducción: Kaipa (originalmente llamada Ura Kaipa) es la banda por excelencia del rock progresivo sueco. Formados definitivamente en 1973, logran su primera grabación en el '75: Kaipa, ópera prima en la cual abunda la mixtura entre melodías folcloricas suecas, algo de jazz y la complejidad orquestal de la música clásica. Con diez álbumes de estudio y una compilación, esta gran banda, fundada y liderada por el tecladista Hans Lundin, ha sido el modelo a seguir para muchas (por no decir todas) las bandas del reciente rock progresivo europeo.

Los tracks de Angling feelings:

  1. Angling Feelings

  2. The Glorious Silence Within

  3. The Fleeting Existence Of Time

  4. Pulsation

  5. Liquid Holes In The Sky

  6. Solitary Pathway

  7. Broken Chords

  8. Path Of Humbleness

  9. Where's The Captain?

  10. This Ship Of Life

Sello: Inside Out - Año: 2007

Vamos al grano: éste es un discazo. Así nomás, sin vueltas. Son varios los elementos que se conjugan para hacer tal afirmación.

En primer lugar, los suecos son muy originales, Bajo la batuta de Lundin, los kaipanos presentan un enorme abaníco de texturas sonoras, una soberbia riqueza rítmica, profundidad lírica, belleza melódica y armonizaciones sorprendentes; todo ello combinado de forma única. Nada en este disco remite a los referentes del género, como Yes; Emerson, Lake & Palmer; Génesis o Gentle Giant. Sus maneras de conducir la canción sobre los rieles armónicos son consistentes, inapelables y -repito- muy originales. Al escuchar "The fleeting existence of time", "Liquid holes in the sky", o "Pulsation", uno no puede dejar de sorprenderse, pero a la vez uno se da cuenta de que cada resolución armónica es la mejor opción; que cada solo, arreglo y fraseo melódico son los indicados. ¡Todo suena como debe sonar! Y como si la gran puntería armónica y el buen gusto de la banda no alcanzaran, se hace notoria la originalidad de su sonido. Es imperioso reconocerlo. (Lo digo por tercera vez, por si no queda claro...)

En segundo lugar, tocan y cantan como los dioses. Casi al punto de provocar la envidia instantánea. Son prolijos, pero sin perder garra; meticulosos pero frescos, veloces pero musicales. Si se analiza su música en el espectro de frecuencias (de hecho, lo hice en el Wabelab) se ve claramente que no dejan huecos en ninguna parte: los armónicos de la banda están equilibrados en todo el espectro. Las guitarras de Per Nilsson y los teclados de Lundin se cortejan mutuamente, entrelazándose maravillosamente, mientras el bajo de Jonas Reingold (soberbio bajista que también toca en The Tangent, The Flower Kings, y más agrupaciones...) se acopla a la batería de Morgan Ägren, conformando un demoledor binomio rítimico. Sorprende el sonido tipo piccolo del snare, poco usual en la música progresiva, y más frecuente en la fusión. Sin embargo no queda para nada fuera de lugar al combinarse con la sólida formación jazzística de Reingold. En cuanto a las guitarras, es necesario aclarar que éste es el primer disco de Kaipa sin Roine Stolt, guitarrista original del grupo, quien abandona la hueste de Lundin al finalizar su anterior trabajo: Mindrevolutions, para dedicarse de lleno a The Flower Kings, su propio proyecto, muy prolífico y prestigioso, por cierto. Las guitarras de Nilsson son muy diferentes al estilo vintage de Stolt (que usa guitarras Gibson Les Paul y Fender Telecaster Thinline, entre otras.) El nuevo violero de Kaipa tiene un pulcro y rotundo sonido jazz rock, que recuerda a Allan Holdsworth, o a Frank Gambale. De hecho, usa una guitarra Ibanez. Lo más destacable en el trabajo de Nilsson para este disco: el magistral solo con lungo delay de "The glorious silence within", los riffs de "Solitary Pathway" y el solo de "Broken chords". Hay que reconocer que prescindir de la labor compositiva de Stolt y su sonido característico no ha perjudicado en nada a Kaipa.

Un capítulo aparte se merecen las voces. Patrik Lündstrom y Aleena Gibson son los vocalistas. Primero las damas, por lo cual comenzaré diciendo que... ¡Aleena tiene una voz increíble! Su trabajo en "The fleeting existence of time" es conmovedor. Lündstrom, líder de Ritual, un proyecto propio, tampoco se queda atrás. Hay que realzar su interpretación rabiosa de "Where's the captain?", donde se deja ver que la similitud entre Lündstrom y el vocalista de Manic Street Preachers, James Dean Bradfield, es sorprendente.

Por último, la lírica de este último trabajo de Kaipa es muy bella y poética, llena de imágenes surrealistas. Uno no puede evitar emocionarse al meditar en las palabras finales de "This ship of life": Solamente somos pasajeros en este barco de la vida que navega solo...

Sin embargo no podemos dejar de afirmar que los miembros del sexteto sueco no son pasajeros en el barco de la musicalidad, sino que lo capitanean con destreza, lo cual queda bien demostrado en Angling feelings, un disco muy, pero muy recomendable. Para dejarse mecer por las olas del placer y del asombro...

Banda de sonido para película imaginaria

Aquí está el soundtrack de una peli imaginaria de CF, proyecto que urdí para una iniciativa de Pily B. "Hacia el corazón de la galaxia" fue algo que quise hacer desde siempre. Y aún no estoy satisfecho... Supongo que tendré que hacer finalmente una banda de sonido para algún film auténtico, si quiero sacarme las ganas realmente.

La cuestión es que esta idea volvió a dispararse cuando Pily B., editora del excelente e-zine NGC 3660 (donde pueden hallar varios cuentos míos), convocó a quienes se atrevieran e enviar creaciones en distintos formatos (relatos, ilustraciones, comics y música) para conformar la edición de un CD que fue obsequiado a los concurrentes de la HispaCon de 2008: la IndalCon, realizada en Almería, España.

El proyecto se completó cuando invité a la escritora Laura Ponce y al ilustrador M. C. Carper (grandes y talentosos amigos) para que hicieran, respectivamente, la reseña del film y su afiche publicitario. Les estoy muy agradecido. Vayan también mis agradecimientos a Charly Petrucci, quien grabó y mezcló; a Brenda Fernández, quién le puso una encantadora voz al personaje de Pilar Barell, y a Sergio Sidoruk, quien masterizó el track.

La verdad, lo pasé en grande componiendo, arreglando y grabando este tema. Usé mi Fender Stratocaster Lonestar para hacer el riff que machaca todo el tiempo y para el solo final de slide, la guitarra acústica de mi esposa (una Washburn Festival) para el rasgueo funky de las estrofas y una buena cantidad de programas y samples, como el Stylus para las baterías y loops, el Trilogy para los bajos y el Miroslav Philarmonik para el ensamble de orquesta. Como curiosidad, les cuento que el loop percusivo que se escucha casi desde el comienzo está hecho con lo que tuve a mano en el estudio de Charly Petrucci: un dispenser de agua, una cajita de plástico, monedas, y una tapa de metal. La voz "robotica" del comienzo no es otra cosa que las voces grabadas por Brenda en reverse más algún efecto tipo RingModulator (no hay mensajes satánicos, tranquilos.) Agregar los efectos de sonido fue muy divertido: los rayos lásers, las explosiones, el ruido de los motores de las naves... Y escribir y grabar los fragmentos de diálogo de la peli junto a Brenda también fue muy entretenido.

Aquí tienen la reseña de Laura Ponce, el soundtrack y el afiche de M. C. Carper. Que lo disfruten!!!!


Muy pocas veces sucede, en esta época de remakes, que la nueva versión de una película icónica llegue a superar a la original. Pero ése es el caso de Hacia el Corazón de la Galaxia, de Jonathan King.

Este realizador neozelandés, que saltó a la fama con su ópera prima Terror en la Granja, no se enfrentaba a un desafío menor. La versión original (To the heart of the galaxy, 1978) —esa maravilla del cine de bajo presupuesto— es una película de culto con miles de fanáticos en todo el mundo. Ha dejado una huella imborrable en la mente de generaciones de espectadores debido a las grandes actuaciones de sus protagonistas y al entonces novedoso tratamiento de la imagen por el que se la considera pionera hoy en día. Pocos confiaban en que un recién llegado pudiera conducir a buen puerto el megaproyecto que ya habían abandonado James Cameron y Ridley Scott. Sin embargo, King nos sorprende con un trabajo sagaz, económico en lo narrativo, shockeante y lleno de suspenso.

Por su ritmo narrativo y la crudeza de algunas imágenes, nos recuerda a Quentin Tarantino, Takeshi Kitano, Timur Bekmambetov o al argentino Gabriel Grieco.

Por la cantidad de estrellas interpretando pequeños papeles (Scarlett Johansson, Arnold Schwarzenegger, Halle Berry, Chow Yun-Fat, Johnny Depp, Sting) nos recuerda a Robert Altman.

Pero lo cierto es que King se parece sólo a sí mismo.

En esta película pone de manifiesto un estilo nuevo y personalísimo. Conduce a los actores, crea los escenarios y trabaja en la edición siguiendo una visión sin fisuras, y la contundencia del producto final es prueba de ello.

El argumento no se aparta mucho del original: Pilar Barell (Salma Hayek) es capitana de una nave. Comanda a las fuerzas de choque del planeta Zoe (un mundo terraformado por humanos en Nubius, sistema planetario ubicado en uno de los espirales de la galaxia NGC 3660). Zoe está en guerra con Ravella, mundo fronterizo del sistema Deladrier. En medio de un tenso alto al fuego, Pilar recibe una orden del Jefe del Estado Mayor (Morgan Freeman): deberá conducir su nave hacia el corazón de la galaxia, en busca del origen de una transmisión de procedencia desconocida (alienígena, obviamente) que parece venir, ni más ni menos, del mismísimo agujero negro que es el centro galáctico. Para eso, es enviado a su nave el capitán Derek Jared (Tom Cruise), antiguo novio de Pilar. Apenas uno ve la primera mirada que cruzan esos dos, sabe que no todo está dicho entre ellos. Entre nostalgia, nuevos roces y lo perentorio de la misión secreta y potencialmente suicida, se enciende nuevamente la pasión, o algo así. Por supuesto los ravellianos, que también captaron la señal, no van a quedarse de brazos cruzados: envían una nave para que los siga y saque provecho del descubrimiento. El capitán ravelliano Marcuss Lane (Kennet Branagh) es un villano como pocos —por momento recuerda al memorable Jean-Baptiste Emanuel Zorg— y no escatimará esfuerzos por hacerse del hallazgo que podría cambiarlo todo, hasta el desenlace de la guerra misma.

Parece la misma historia. Sin embargo, de algún modo, está contada de otra forma. Hay una grandiosidad épica que deja sin palabras. Una profundidad nueva en los personajes. Un deseo de abarcar un universo mayor, la galaxia anaranjada en todo su esplendor.

Los efectos especiales (a cargo de Weta, la compañía de Peter Jackson, bajo la dirección de MC Carper) pueden parecer algo excesivos y por momentos parecen ir en desmedro de la película, pero hay que tener en cuenta cierto aspecto satírico en la mirada de King.

Así supo reconocerlo la crítica internacional y ya se está hablando de varias nominaciones al Oscar. No sólo en rubros técnicos (Efectos Especiales, Montaje, etc), no sólo por Vestuario, Dirección de Arte o Música Original, sino también en los rubros principales: Mejor Película, Dirección, Roles Principales y Secundarios.

Hacia el Corazón de la Galaxia, amenaza con convertirse en el Titánic de esta década.
Es el estreno más esperado del año, seguramente romperá records de taquilla, y es lo menos que merece.

Se trata de una gran película. Con ella, King renueva mi fe en las nuevas producciones.

Le desearía suerte, pero no creo que la necesite. Este film está destinado a ser un rotundo éxito y —me atrevería a decir—, tal como supieron hacerlo Star Wars o Terminator o Matrix, marcará un antes y un después en el cine de Ciencia Ficción.

¿Dónde estará usted cuando se estrene Hacia el Corazón de la Galaxia?

Laura Ponce, Buenos Aires, agosto 2008.


Néstor Darío Figueiras - Hacia el corazón de la galaxia

Créditos:
Voz de Pilar Barell: Brenda Fernández
Voz de Derek Jared y Marcuss Lane: Darío Figueiras
Slide guitar, guitarra eléctrica, guitarra acústica, teclados, percusión, samples y sikus: Darío Figueiras
Grabado y mezclado por Charly Petrucci y Darío Figueiras
Masterizado por Sergio Sidoruk