En esta bitácora personal, un poco de todo aquello que me define. Impresiones, expresiones, descompresiones. CF, fantasía, terror. Música. Vida. Y otras yerbas...

viernes, 7 de agosto de 2009

Un viaje al Planeta X

Hoy me saco las ganas de hablarles de una banda sorprendente: Planet X. El disco: Quantum.






Planet X es una idea del virtuoso tecladista Derek Sherinian, miembro de Dreamtheater hasta el año 2000, cuando decide dejar esa agrupación para terraformar a su propio planeta musical.

Estamos hablando de una de las mejores bandas de metal progresivo del mundo, sin duda. Y me sabrán disculpar los fans de Dreamtheater, pero PX es mucho mejor banda. Rotunda, bestial, futurista y capaz de ejecutar lo imposible.

Originalmente, la formación fue Sherinian y Virgil Donatti en batería (¡No se puede creer cómo toca este muchacho! Es como un híbrido entre Simon Phillips y Bill Brufford. No sé si queda claro...) Completaba la partida, -al decir de Steve Vai- "el increíblemente alucinante" Tony MacAlpine, quien tocó guitarras y bajo en los discos de estudio. (Para los shows contaban con la presencia de Billy Sheehan en bajo.) Pero luego (en el año 2004) MacAlpine y Sheehan se retiraron para integrar la mega banda de Vai.

Por lo tanto, hoy Planet X es la dupla Sherinian-Donatti; y los satélites que orbitan en torno de él y completan el sistema en Quantum son Jimmy Johnson y Rufus Philpot en bajo, y los guitarristas Brett Garsed (afamado sesionista, colaborador de muchos artistas, entre ellos el australiano John Farnham), y el señor inglés Allan Holdsworth, rey de la fusión y el jazz rock.

Los tracks de Quantum: 
  1. Alien hip hop
  2. Desert girl
  3. Matrix gate
  4. The thinking stone 
  5. Space foam
  6. Poland
  7. Snuff
  8. Kingdom of dreams
  9. Quantum factor
Sello: Inside Out - Año: 2007

El verdadero interés de escuchar un disco como Quantum (dónde existe musicalidad detrás del frío virtuosismo), reside en que uno puede no liarse con tanta pollirritmia y tanta miscelánea modal si sabe cómo escuchar. Hay una manera simple de disfrutar a PX: basta con descubrir la sencillez del discurso melódico que se esconde bajo tantos extremismos rítmicos y armónicos. Obviamente, es un disco que requiere muchas escuchas: no es asimilable así como así, como sucede con la mayoría de los discos de música progresiva.

Esta idea de simpleza melódica se advierte en casi todos los temas (que por cierto, son instrumentales: PX no escribe letras.) Pero se destaca especialmente en "Alien hip hop, Desert girl", "The thinking stone", "Poland" y "Quantum factor". O sea, se trata de temas muy complejos y rebuscados, pero que a la vez contienen ideas musicales no sólo accesibles, sino también disfrutables, para un oido acostumbrado a las manías del progresivo.

Creo que el factor más impactante en el resultado global de Quantum es la increíble versatilidad de Donatti, y los pocos pero maravillosos solos de Holdsworth (en "Desert girl", "The thinking stone".) Particularmente, me ha gustado más el bajo de Johnson que el de Philpot.
 
Sin embargo, creo que la solvencia de Brett Garsed se merece una nota aparte. Parece que por alguna cuestión peliaguda, el caballero Holdsworth, no ha podido terminar toda la labor prevista para esta colaboración con PX. Y allí apareció el violero australiano con su ESP, listo para agregar un sonido más blusero y sucio al proyecto, en contrapartida de la limpia digitación de Holdsworth, que rivaliza en perfección con los solos de synth lead de Sherinian. Justamente, la reconfortante "suciedad metededos" de Garsed es la que aporta algo de "humanidad" a temas como "Alien hip hop", cuyo solo es increíblemente bonito. (Es imposible no recordar a Larry Carlton cuando se lo escucha en este disco.)

Dos curiosidades. Uno: Phillips tenía que aparecer de alguna forma, pues ha mezclado el último tema del disco. Dos: el arte de Quantum, como la mayoría de los diseños de los discos de PX tiene una onda muy "ciencia ficción", mostrando imágenes sugestivas de una silla de estilo clásico, vacía, que mira hacia un mar verde como el musgo, bajo la vigilancia de un titánico mundo y su satélite (¡demasiados cercanos!) en el cielo nocturno. Todo un exolandscape, bien surrealista, como para graficar algún documental sobre astrofísica. O una pintura de los artistas de Orion's Arm Universe Project.
 
En definitiva: Quantum es un disco que vale la pena tener. Metal progresivo del mejor. Es imposible no arribar en un ignoto mundo de armónicos al escucharlo. ¡Nada menos que el Planeta X! (Y que quede claro que no estamos hablando de Marvin el marciano y El Pato Rogers en siglo 24 y medio...)