En esta bitácora personal, un poco de todo aquello que me define. Impresiones, expresiones, descompresiones. CF, fantasía, terror. Música. Vida. Y otras yerbas...

sábado, 25 de julio de 2009

Las visiones peligrosas de la New Wave

He terminado una nueva relectura de la triple antología Visiones peligrosas, compilada por Harlan Ellison. Y una vez más cierro el libro (el último de los tres) con una honda satisfacción.

Esta obra, considerada por muchos como una especie de "biblia" de la New Wave, es un verdadero tour de force. Desde luego, como toda antología, padece de desniveles (sobre todo, teniendo en cuenta lo ambicioso e innovador del proyecto del "niño terrible" Ellison: compilar una treintena de relatos originales, especialmente escritos bajo el encargo de plasmar "visiones peligrosas", convocando para ello a autores reconocidos en el ámbito de la CF, a autores noveles dentro del mismo, y a autores que nunca habían incursionado en el género.)

Pero, más allá de las aceptables disparidades de calidad que pueda presentar la obra, es innegable que el engendro de Ellison ha sido una bisagra en la historia de la CF, transformándose en una lectura casi obligatoria, ya que la iniciativa ha producido algunos de los relatos más originales hasta hoy, algunos de los cuales se han convertido en verdaderos clásicos.

No he dicho nada nuevo, lo sé. Sin embargo, ahora voy a describir lo que Visiones peligrosas representa para mí.

Creo que ya no es sorprendente para ninguno que yo insista en que la New Wave es una de las etapas de la CF que más me gustan. Dio lugar al enriquecimiento estilístico y temático del género, permitiendo que emergiera una tropa de nuevos escritores, creadores libres de condicionamientos editoriales y tabúes pacatos, de los cuales padecía la generación anterior, de cuña campbelliana.

Por un lado, la New Wave significa el acercamiento mayor de la CF al surrealismo. Así lo expresó Ballard, por ejemplo. Esto representó una apertura en el abordaje de la forma, antes insospechada, y permitió una saludable dosis de experimentación. Se acabaron así los acostumbrados planteamientos lineales en la narración, se multiplicaron los puntos de vista, y se "desorganizó" la manera de relatar los sucesos, al supeditarlos a la enrevesada concatenación de los pensamientos de los protagonistas, o a sus confusas desventuras oníricas. A menudo, todo se ve a través de los velos que hay en la mente de los protagonistas.

No hay que dejar de observar que este vuelco a la experimentación se corresponde a una tendencia dominante en las expresiones artísticas del momento: la estética impuesta por Warhol y el inicio de la psicodelia en la música -marcando el comienzo de la etapa más delirante de los Beatles, y el surgimiento de Pink Floyd, y otros exponentes del rock progresivo-. Basta recordar novelas como "El programa final", de Michael Moorcoock, para ver esta influencia.
Hasta podríamos decir que las reminiscencias y los últimos manotazos de movimientos como la Bauhaus y el Art deco, propiciaron de alguna manera el nacimiento de la New Wave.

Por otra parte, se comienza a usar el concepto de la "entropía", derivado de las leyes de la termodinámca, como sinónimo del caos progresivo en el cual se sumen las vidas de los personajes, la sociedad, la ecología del planeta y el cosmos mismo. Y aunque podemos afirmar que tal metáfora fue, muchas veces, utilizada sin el rigor científico adecuado, (si es que nos ponemos exquisitos), no se puede dejar de ver que su contundencia ha resultado muy acertada en obras como "En las fauces de la entropía", cuento de mi admirado Robert Silverberg.

También hay que destacar la carnadura que adquieren los personajes a través de la pluma de los autores de la New Wave. ¡Por fin se terminan las declamaciones interminables y grandilocuentes, y los diálogos explicativos! Quisiera esbozar una comparación, pidiendo de antemano que se entienda el espíritu de la misma: hasta la New Wave, los personajes eran meros andamios estereotipados sobre los cuales se apoyaban la idea y la trama, verdaderas estrellas de la Edad de Oro. Andamios, como los personajes de una telenovela típica, que sirven como soporte de los tópicos de siempre: infidelidades, hijos desconocidos que aparecen, herencias, etc... Para estas ficciones sólo se necesitan actores con medianas dotes actorales, escotes espectaculares, buenos bíceps y caras bonitas. (Y digo todo esto sin querer demerecer a la CF de la Edad de Oro, que ha producido obras fantásticas; pero que, salvo raras excepciones, no escapa de esta pauta respecto de la escasa profundidad de sus personajes.) En cambio, en la New Wave, los personajes pasaron a ser el centro de todas las miradas, y las ideas y la trama se transformaron en sus sirvientes. A partir de entonces, se necesitó de actores y actrices de primer nivel.

Todas estas características se ven compendiadas en Visiones peligrosas, en muchos casos, de forma magistral.

Haré un breve repaso de los relatos de cada volumen, y al final, les dejaré mi top ten:



Tomo I

1) El canto del crepúsculo - Lester del Rey: una temática que hoy resulta obsoleta. Eso de jugar al hereje ya ha dejado de tener gracia. Pero no se puede dejar de notar que del Rey tiene mucho oficio. Y en su favor hay que decir que el relato tiene la extensión precisa.

2) Moscas - Robert Silverberg: ¡primera maravilla de esta trilogía! El parasitismo -el vampirismo- desde la óptica de los alienígenas. Las relaciones establecidas entre humanos y extraterrestres, incomprendidas desde cada uno de los puntos de vista ajenos: uno de los temas preferidos de Silverberg, siempre tratado con gran profundidad.

3) El día siguiente a la llegada de los marcianos - Frederik Pohl: relato olvidable que echa mano del humor del que siempre hace gala Pohl, pero que en esta ocasión se desluce, tal vez por la falta de contundencia en la idea.

4) Jinetes del salario púrpura - Philip José Farmer: ¡Magistral! De lo mejor publicado en la antología. Un relato "para nada fumado, pero sobre gente fumada", al decir de Juan Raffo. Una obra que resultó merecedora del Hugo.

5) El sistema Malley - Miriam Allen deFord: olvidable, a pesar de que tiene alguna idea interesante. Pero el relato no llegó a hacerme impacto.

6) Un juguete para Juliette - Robert Bloch: muy buen cuento de horror, continuación de algún otro relato sobre Jack, el destripador del mismo autor, cuyo nombre ahora no recuerdo. Pero su interés mayor es que sirve de trampolín para el siguiente cuento, del mismo Ellison.

7) El merodeador en la ciudad al borde del mundo - Harlan Ellison: este relato es de lo mejor que le he leído a don Harlan, sólo comparable a "El pájaro de la muerte" y "No tengo boca y debo gritar". Es muy, pero muy bueno, y continúa lo empezado por Bloch, pero enviando al bueno de Jack a un futuro aséptico y perverso dónde el Destripador experimentará la verdadera frustración. ¡Imperdible!

8) La noche en que todo el tiempo escapó - Brian Aldiss: francamente decepcionante. Aldiss es uno de esos escritores que por momentos me parecen muy buenos; mientras que, de a ratos, se me antojan malos. Este cuento me causó la segunda impresión.

Tomo II

1) El hombre que fue a la Luna... dos veces - Howard Rodman: demasiado bradburyano para una antología de ésta índole, creo. Pero nada mal para un autor que no se dedica a la CF.

2) La fe de nuestros padres - Philip K. Dick: otra de las joyas por la cual vale la pena tener esta antología. ¡Impresionante! Si alguno dudaba respecto de la "fuente de inspiración" de Dick... Bueno, en el epílogo de este relato, el autor confiesa que ha experimentado con las drogas duras. Otro gran cuento del maestro.

3) El rompecabezas humano - Larry Niven: me desilusionó, porque tenía grandes expectativas sobre este relato, y la verdad no era para tanto. Sólo un buen cuento.

4) Voy a probar suerte - Fritz Leiber: un cuento de veras extraño, y muy bueno, oscuro y, a la vez, lleno de un humor ácido. Mucho para pensar acerca del juego compulsivo y las fuerzas tenebrosas que pueden acechar detrás de él. Un relato muy bien logrado.

5) El señor Randy - Joe L. Hensley: nada sorprendente, incluso el final puede anticiparse. Uno más en el montón.

6) Eutopía - Poul Anderson: este relato me ha gustado bastante, a pesar de que no goza del agrado de muchos lectores. Sobre todo me gusta el entorno que tienen esos relatos de pueblos bárbaros de Anderson, aunque el final de éste quiera ser más impactante de lo que resulta en realidad. Nota: por poco plagio -sin quererlo- uno de los artefactos de este cuento, el paracronión. (Ver mi relato "El turbocronión y los carteles de siempre")

7) Incidente en Moderan - David R. Bunch: todos los cuentos de Moderan están buenos (al menos todos los que yo leí.) Son parejos en nivel, y yo creo que de alguna forma preanuncian el advenimiento del ciberpunk.

8) La escapada - David R. Bunch: este otro cuento de Bunch no tiene nada que ver con Moderan, y hace gala de un vuelo surrealista muy interesante.

9) La casa de muñecas - James Cross: interesante actualización de un mito antiguo, pero con alguna precipitación en el desenlace que lo estropea. De todos modos, nada mal para alguien que no frecuenta la CF.

10) El sexo y/o el señor Morrison - Carol Emshwiller: interesantísima obsesión por un personaje repelente pero, al mismo tiempo, capaz de despertar ternura. Un gran relato de ¿ficción especulativa?. Lo calificaría de "raro", a secas. Con calculadas dosis de aquello que podría llamar "pensamiento protoerótico": la obsesión que carcome a la protagonista.

11) ¿Cantará el polvo tus alabanzas? - Damon Knight: otro más que comparte la vena temática del primer relato del Tomo I, pero muy inferior a este último. Damon Knight da la impresión de haber rebuscado algún cuentito trasnochado de sus primeras épocas, sin haberlo siquiera retocado, para participar en la convocatoria de Ellison. Sólo brilla tenuemente por la firma del autor, quien también sabe, merced al largo oficio, que estas ideas heréticas cansan si no se administran en una extensión corta.

Tomo III

1) Si todos los hombres fueran hermanos, ¿dejarías que alguno se casara con tu hermana? - Theodore Sturgeon: ¡un regreso maravilloso del rey Ted a la CF! Luego de tres años sin escribir nada dentro del género, Sturgeon se aparece con este cuentazo. Aunque da la impresión de no estar del todo acabado: en el epílogo, el autor cuenta que terminó el relato a las corridas, urgido por el plazo para presentarlo. Muy buen planteamiento transgresor que se explaya perturbadoramente sobre el incesto.

2) ¿Qué le ocurrió a Auguste Clarot? - Larry Einsenberg: "fumado" y divertido. No sé qué más podría decir...

3) Ersatz - Henry Slesar: tal vez el peor de los cuentos de la antología.

4) Corre, corre, corre, dijo el pájaro, Sonya Dorman: un muy buen relato, una verdadera "visión peligrosa" sobre el canibalismo... casi justificado.

5) La raza feliz - John T. Sladek: ¡muy buen cuento! Bien llevado, con personajes muy bien construidos, muy creíbles. Una de las mejores cosas que leí de él.

6) Encuentro con un rústico - Jonathan Brand: una joyita de un escritor del fandom, estilísticamente impecable y rociado con la cantidad justa de cierto humor corrosivo que lo hace un delicia. Lo que Pohl hubiera querido escribir para Ellison... Tan memorable como "Shaffery entre los inmortales".

7) Desde la imprenta oficial del gobierno - Kris Neville: muy logrado relato acerca de una distopía en la cual los niños son educados mediante el terror. Termina siendo una especie de parábola que sirve al autor para señalar los errores más importantes de la educación que solemos brindar los padres en esta era consumista.

8) La región de los grandes caballos - R. A. Lafferty: difícilmente Lafferty escriba algo aburrido, y aquí vuelve a demostrar la veracidad de esta afirmación. Una imaginativa explicación que sitúa las coordenadas del suelo dónde nacieron los gitanos, y que termina con una broma hacia los pobladores de Los Ángeles.

9) El reconocimiento - J.G. Ballard: lo menos logrado de Ballard es muy bueno, y esta parábola sobre la libertad y la intolerancia es de lo más logrado de su obra, así que disfruten de este espeluznante circo emergido de sus climas opresivos y oníricos.

10) Judas - John Brunner: Muy buen cuento del maestro Brunner, como para que Asimov hubiera aprendido algo, je. De la línea "hereje", a la que muchos relatos de la antología suscriben, considero que es el mejor.

11) Prueba para la destrucción - Keith Laumer: una historia sobre lo terrible que sería poseer un poder total; sobre la corrupción que tal poder conllevaría, de forma inherente; y sobre cómo hasta el hombre más ecuánime sería inevitablemente envilecido por él. De todos modos, nada del otro mundo.

12) Ángeles del carcinoma, Norman Spinrad: ¡Maravilloso! De lo mejor de las visiones conjuradas por don Harlan. Devastador y henchido de imágenes impactantes.

13) Auto-da-fe - Roger Zelazny: Zelazny es otro autor que me puede, y cualquier cosa que escriba termina gustándome, o me rompe la cabeza. Esta historia se sitúa en el punto medio entre ambas valoraciones. Recuerda a "Coche diabólico", también de su misma factura. (Stephen King: ¿no te habrás "inspirado" en la obsesión de Zelazny por los "automóviles conscientes" para tu "Christine"?)

14) Por siempre y Gomorra - Samuel Delany: este autor es otro de los cuales no sé si esperar un bodrio como "En Çiron vuelan", o una maravilla como "La intersección de Einstein" o "Babel 17". Afortunadamente este relato está entre las maravillas. ¡Un real broche de oro para cerrar el desfile devisiones peligrosas!

Mi top ten:
  1. Jinetes del salario púrpura, Philip José Farmer
  2. Por siempre y Gomorra, Samuel Delany
  3. El merodeador en la ciudad al borde del mundo, Harlan Ellison
  4. La fe de nuestros padres, Philip K. Dick
  5. Ángeles del carcinoma, Norman Spinrad
  6. Si todos los hombres fueran hermanos, ¿dejarías que alguno se casara con tu hermana?, Theodore Sturgeon
  7. La raza feliz, John T. Sladek
  8. Moscas, Robert Silverberg
  9. Auto-da-fe, Roger Zelazny
  10. Encuentro con un rústico, Jonathan Brand
Para terminar con esta extensa y latosa reseña, sólo diré que los comentarios de Ellison en los prólogos de los relatos y en las introducciones a cada uno de los tomos, no sólo están plagados de interminables digresiones, sino también de chismes y comentarios mordaces que, por momentos, hacen pensar en que estamos frente a una especie de Jorge Rial o Lucho Avilés de la CF anglo.
(Y que me perdone don Harlan, pero es que a veces su amarillismo chorrea... "Estrategia de venta", que le dicen.)
De todos modos, Visiones peligrosas es, tal vez, la mejor antología del género que se ha realizado al día de hoy.

Slds!!!!